Desde que cada uno de nosotros viene al mundo, nos dicen que
es bueno o malo, bello o feo, triste o alegre, cuando reír, cuando llorar,
cuando callar………..estoy por decir que casi todo nos viene impuesto por nuestra
familia, por la educación institucionalizada y por todos los roles sociales, nos
forjan ideas, conceptos y carácter a semejanza de los que nos educan y nos
cuidan.
Llegada a cierta madurez, te miras, te sientes, te escuchas
y piensas ¿quién soy? Ese es el momento en el que puedes tomar las riendas y
empezar a “hacerte” de nuevo, arduo trabajo, desaprender cuesta casi más que
aprender, pero sin ese proceso nunca podremos descubrirnos, llegar a saber quiénes
o que somos.
Muchos nos perdemos en este proceso, damos vueltas y
vueltas, nos confundimos, nos enfadamos, hasta que volvemos a coger la vereda
acertada, esto no significa que no volvamos a perdernos, pero siempre
encontraremos el camino de nuevo.
A todo esto le llaman el “DESPERTAR”, un bonito nombre,
ciertamente, es como si despertáramos de un largo sueño, en el cual vivíamos una
realidad irreal totalmente. Cuando descubrimos todo esto, dejamos atrás muchas
cosas, sitios, personas, recuerdos, dejamos atrás una vida para comenzar otra
mucho más suave, limpia, tranquila, feliz, una vida cuya base principal es
mirar siempre hacia nuestro interior y no hacia fuera, porque dentro es donde está
el TESORO con el que llegamos a este mundo, ese tesoro es nuestro único equipaje
durante todo el viaje llamado VIDA, pero esto se nos olvida, le ponemos cosas
encima, y el TESORO se va quedando oculto, hasta que olvidamos incluso que está
ahí y siempre va a estar, redescubrirlo es toda una aventura, yo os invito a
descubrir el vuestro, os puedo asegurar que impasible no os va a dejar.
Charo.