en lo más oscuro de un torturado y
oscuro corazón de mujer.
Envenenadas cada
una de ellas
con el
veneno más mortífero.
Palabras rotas
que duelen como dagas,
se silencian
en el túnel del dolor,
sacadas del
corazón a golpes.
Verdades amargas,
mentiras dulces,
todas ellas en la copa de la ira,
bebidas a
golpe de desilusión,
vomitadas convulsivamente
sobre lo más amado.
Charo
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