En estos días cargados de villancicos repetidos hasta la
saciedad, luces colgadas en las calles dando forma a ángeles amorfos, campanas
sin badajos, estrellas figuradas...........en estos días en que la gente se
vuelve más amable, aparentemente más humana, me gusta pasear sola por las
calles, observando a la gran masa como cargan con sus bolsas llenas de regalos
para otros.
Siempre me vienen a la cabeza imágenes de cuando era pequeña
y pateaba las mismas calles de la mano de mis padres, parábamos en los
escaparates, menos sofisticados que ahora, pero a mi y mis hermanos se nos
pegaba la nariz en el cristal e íbamos señalando todo lo que queríamos que nos
trajeran los Reyes Magos, porque aun no estábamos americanizados y Papa Noel
para nosotros no existía.
Mi padre compraba esas enormes cajas de polvorones de cinco
kilos, y no solo una, me encantaba abrirla y descubrir que almanaque nos había tocado
en suerte, como yo era la mayor de los hermanos tenia ese privilegio. Hoy en
día no se si se siguen vendiendo, la verdad es que no las veo en los super, ni
en los pocos colmados que van quedando.
Todo ha cambiado mucho, la Nochebuena en casa era
multitudinaria, no solo por la familia, sino porque todos los vecinos bajaban y
subían, se sacaba al patio común el anís, del mono por supuesto, polvorones,
panderetas, zambombas, y a cantar y bailar, recuerdo un año que se saco un tocadiscos,
o como mi madre le sigue llamando “ un picuí”, había un disco pequeño, era el vals de las
mariposas, ya ha llovido.
Tal vez no ha cambiado tanto la Navidad, tal vez solo ha
cambiado mi forma de mirarlas, seguro que a nuestros hijos les parecen las
mejores estas que les ha tocado vivir y cuando tengan mi edad las miraran con la misma añoranza que las miro
yo ahora.
Este año he vuelto a disfrutarlas después de 14 años pasando
de puntillas sobre ellas y no dándome por enterada cuando llegaban, me he
propuesto volver a vivirlas porque al fin al cabo la Navidad no tiene la culpa
de nada.
Os deseo mucha felicidad para todos, no solo en estos días
sino para el resto de la vida, aunque yo os la desee de todo corazón, cada uno
la tenéis dentro, solo tenéis que tener la valentía de buscarla y disfrutarla.
Un abrazo.
Charo
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